A menudo nos encontramos con personas
marginadas. Quizás nos permitimos emitir algún juicio acerca de su situación.
¿El por qué ha llegado hasta ahí? Sin techo, durmiendo en la calle, hoy aquí,
mañana… Y no advertimos que estamos quizás faltando al respeto.
Quizás
su situación nos está interrogando-cuestionando nuestro comportamiento.
¿Molesta su presencia? No siempre predomina el respeto. Es necesario
rehabilitar la dignidad humana y su respeto.
Cuantos
errores se cometen con los enfermos, los marginados, los extranjeros, los que
no piensan como nosotros… El respeto nos invita, no sólo a valorar a los demás,
sino a considerar su dignidad.
El respeto, en el fondo, se ampara en la verdad. Es lo
principal de nuestras relaciones humanas. Nos invita a aceptar nuestras
limitaciones y las de los demás. A la vez que nos descubre nuestros valores y los
de los demás.
Amigo
caminante, ¿No te parece que si hay respeto la sociedad vive en paz? Hoy
tenemos tantos medios para comunicarnos, sepamos mantener un contacto equilibrado
con las personas; es también una forma de respeto. Ser solidarios ante cualquier
acontecimiento, adelantándonos a las necesidades del otro. Asumir la propia
responsabilidad y si has cometido un error, acéptalo.
El
primer paso en esta tarea sea: el respeto a tu misma persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario