Quizás o
sin quizás, el primer paso que debemos
de dar en nuestra convivencia es el respeto. Respeto a nosotros mismos porque
el respeto nos lleva a encontrarnos, en primer lugar, con nosotros mismos. Y no
sólo encontrarnos, sino aceptarnos, para ello se necesita confianza en uno
mismo y valorar nuestra estima. Vivir lo que somos.
El respeto también está en ese deseo
de superación aunque traiga la posibilidad de algún fracaso. Lo mismo diríamos
de los errores en el campo personal para corregir y aprender en el caminar de
cada día.
Las críticas nos llegarán, sea cual
sea nuestro comportamiento. Eso sí, tendremos que saber distinguir la crítica
constructiva de la ofensiva y destructora porque solamente se construye desde
lo positivo. En el fondo, estamos
construyendo la paz y esto nos exige un control de ciertos sentimientos y
lenguaje.
Amigo caminante, elige las palabras y los proyectos que sirvan para
construir puentes en una convivencia responsable porque el respeto es la base
fundamental para un progreso pacífico.
El
verdadero respeto nos tiene que llevar a adquirir los derechos que toda persona
tiene, es decir: ser valorados, estar cuidados y asistidos ante toda necesidad.
En definitiva: el respeto nos tiene que conducir a reconocer los
derechos-deberes y la dignidad del otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario