domingo, 7 de febrero de 2016

VIVIR ESPERANZADOS

No es fácil ser personas esperanzadas en un mundo fragmentado, pero hay que seguir porque el futuro tiene sentido. La realidad, la que cada día nos toca vivir, nos hace dudar del futuro.
            Una cierta increencia en todo, falta de ética, familias rotas, personas marginadas, parados, corrupción… Ciertamente, un panorama desesperanzador. Luego, vivimos muy de prisa. Cada día nos cuesta más mantener la esperanza en un mundo cambiante y, a veces, roto.
            Los medios de comunicación nos ponen al día de los acontecimientos y a la vez, aumentan nuestros sentimientos de impotencia y una cierta crisis de identidad en la persona.
            La verdad, amigo/a caminante es como para tener miedo ante una sociedad  de un contenido social difícil y, a veces, hostil. Ciertamente corremos el riesgo de caer en la tentación del miedo. Por otra parte se trata de satisfacer todo gusto y al menor coste posible. ¿Estamos perdiendo la visión del futuro?
           Se ha ido perdiendo el respeto a las instituciones, a los padres, a los profesores y a la autoridad en general. Por otra parte las noticias tristes abundan, lo mismo el entramado del terrorismo.
          El hombre moderno está, estamos,  envueltos en el torbellino de las prisas, de la inseguridad, del aparentar. Necesitamos aprender a vivir al biorritmo personal y comunitario. Abandonar el egoísmo y ser más altruistas. Respetar y apreciar la vida. Necesitamos reforzar nuestra voluntad, tener como punto de partida una actitud positiva. En definitiva: necesitamos vivir esperanzados.


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