La vida hay
que vivirla intensamente para poder descubrirla y valorarla. Hay que afrontar
inteligentemente los acontecimientos de cada día. Ser personas creativas, con
sana ambición eliminando toda mediocridad.
¿Podemos
construir un mundo mejor? Sin duda que sí. Debe ser la persona y no las nuevas
tecnologías la fuente última de los valores y el desarrollo integral de las
personas mismas.
Las nuevas tecnologías son los
pilares al servicio de la convivencia y de la paz. Por lo tanto, el medio
técnico no es ni debe considerarse la única, ni la más importante forma de
comunicación. Sí, necesitamos humanizar la sociedad tecnológica.
Es la persona en sí y no la
tecnología quien debe ser la fuente última de nuestros valores. Reforcemos el
lenguaje de la solidaridad, que todo se oriente hacia el respeto de la vida y
desaparezcan los secuestros, las guerras y toda clase de violencia.
Construyamos un mundo plural, solidario y más humano.
Valoremos la cultura de las nuevas
tecnologías y nos llevarán a una comunicación sin límites. Vivimos en una
sociedad individualista, competitiva, interesada; pero también constatamos la
existencia de una sana pasión para caminar y crecer juntos.
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