La
solidaridad es uno de os valores humanos más importantes en defensa de los
derechos de las personas. Basta tener presente los acontecimientos que (cada
día) acaecen en el mundo.
Por ejemplo: Un terremoto, un
accidente… mueven el espíritu solidario de tantas y tantas personas. Hay
solidaridad cuando escuchamos una voz, cuando descubrimos una mano tendida que
nos agarra para levantarse.
Ser
solidarios es ir más allá que el simple cumplimiento y ayuda. Es dejar a parte
tanto legalismo y ver en el otro (el necesitado) una persona.
Por lo tanto, apelar a la solidaridad es una forma de compensar las
injusticias y a la vez una renuncia al egoísmo. Una persona tolerante respeta
las opiniones de las demás para una convivencia en la sociedad, en definitiva,
dialoga y comparte.
Por citar algunos de los grandes héroes
de la solidaridad: Vicente Ferrer, Martín Luther King, Roberta Menchú, Madre
Teresa de Calcuta. Las ONGS, Proyectos solidarios, etc. etc.
Ser solidario es poner tus capacidades
al servicio de los demás, sin ningún miramiento. A veces se trata de un saber
escuchar al otro. Apoyar iniciativas… Valorar los pequeños gestos.
La verdadera solidaridad sobrepasa los
vínculos de sangre o de ciudadanía y se convierte en opción libre. La
solidaridad es, no sólo conocer, sino acercarse a los problemas que surgen cada
día. Promocionar la cultura y la convivencia, en el fondo, crea una
fraternidad.
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