domingo, 14 de septiembre de 2014

SER OPTIMISTAS

Siendo sinceros tenemos que decir que no es fácil sonreír en el caminar de cada día. Y esto siendo un tanto optimistas. La realidad que constatamos, la que cada día palpamos, nos plantea infinidad de preguntas.
                Pero me parece que lo importante es acertar con nuestra propia respuesta, que no hace falta que sea unánime, sino libre y responsable. Y que nunca falte la confianza en uno mismo. Todo esto nos tiene que llevar a: Reflexionar, analizar, tomar decisiones…

          Ser personas itinerantes, a seguir siempre avanzando en actitud de búsqueda, concretando proyectos personales, sociales, benéficos. ¿Verdad, amigo caminante?

                Experiencia de todo esto tendremos, seguro. No tenemos derecho a proyectar en los demás nuestros problemas y menos aún, una visión negativa de la vida y de las personas. Ojalá que nunca nos instalemos en esta plataforma. Hay que saber estar donde hay que estar.
             Amigo, perdona, ¿Tú sonríes? Saber sonreír sinceramente y a su debido tiempo es muy importante. La sonrisa rompe barreras y agradece la presencia de los demás.  En definitiva, es encuentro. La persona alegre y optimista siempre encuentra una solución positiva en los acontecimientos. Es aquella que de sus propios errores saca algo positivo para seguir caminando. La persona optimista es alegre y la fuente de la alegría es el amor. Quien no ama no es alegre.

      Vamos a intentar ser un poquito más optimistas. 

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