Si
definimos hospitalidad decimos que es: tratar bien al otro. Creo que tenemos
que reconocer que se está perdiendo la acogida del otro, debido a la falta de
confianza, tal vez también por comodidad… Esta actitud de desconfianza influye
directamente en nuestras relaciones.
Practicar la hospitalidad enriquece y amplía nuestras relaciones,
también la cultura y abre nuevos
horizontes. La hospitalidad es un encuentro en el cruce del camino que cada uno
vamos recorriendo.
La
hospitalidad nos ayuda a crecer como personas, nos hace más humanos y a la vez
nos exige el respeto del otro. Practicar la hospitalidad es romper fronteras,
abrir nuevos caminos, enriquecer nuestra experiencia y aumentar nuestra calidad
humana.
La hospitalidad nos descubre la
faceta de la igualdad de un grupo (familia) que es la Humanidad. Si practicamos
la hospitalidad, la otra persona, deja de ser un rival, un extraño. Nos
necesitamos los unos de los otros.
La persona está por encima de cuanto
nos rodea y en modo especial, de toda superficialidad. La hospitalidad, en
definitiva, es prestar atención al necesitado.
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