Hoy en nuestro
caminar vamos a dialogar acerca de la tolerancia. No es fácil hablar hoy en día
de la tolerancia si tenemos en cuenta la realidad predominante en nuestro
mundo.
La tolerancia
exige escucha y acogida de los demás. Nos ayuda a analizar, a comprender y a
actuar en la realidad de nuestro entorno. Por lo tanto, no se trata de evadir
respuestas o compromisos y menos aún, de ser indiferentes ante cualquier
conflicto. Hay que valorar a la persona y respetarla. La tolerancia nos tiene
que llevar a una sana y responsable convivencia, a un diálogo comprometido, sin
olvidar el respeto mutuo.
Nuestra
sociedad cada día va siendo más plural en todos los campos. Mientras haya
guerras, secuestros, injusticias, hambres, muertes… estamos lejos de una serena
convivencia y respetuosa tolerancia. La verdadera tolerancia abre caminos
nuevos.
La persona,
por naturaleza, es social; busca y desea
tener amigos y vivir en paz. Pero también es verdad que no nos podemos callar
ante el hambre en el mundo y todo aquello que mate la dignidad de las personas.
La tolerancia
tiene que estar por encima de toda clase de racismo y marginación. Discriminar
es atentar, sí, atentar contra las personas porque las margina.
La verdadera y
responsable tolerancia es el camino que día a día debemos recorrer para
conseguir la igualdad y la paz.
Una educación
de la tolerancia ayuda a resolver muchos conflictos y, por lo tanto, a erradicar
toda clase de violencia.
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