domingo, 26 de mayo de 2013

DAR SENTIDO A LA VIDA.

Estamos en crisis. Con este término abarcamos amplitud de aspectos de nuestra vida. Sí, estamos en crisis de la racionalidad moderna. Caen los muros, las utopías desaparecen y hasta la esperanza se debilita. ¿Triunfa la economía? ¿El individualismo? Ahí está la idolatría del capital y el mercado.
             Pero debemos de buscar y dar un sentido profundo a la vida. Observemos la realidad. Miremos a nuestro alrededor. El panorama que tenemos no es muy agradable. Debemos esforzarnos e ir buscando el sentido positivo a la vida y no nos conformemos con sobrevivir y menos aún instalándonos como personas. La vida es experiencia, mejor, vivencia de relación, no se puede vivir en el aislamiento.
             Encontramos sentido a la vida cuando estamos cerca de los que están mal, de los que nos necesitan de verdad. Dar sentido a la vida es hablar el mismo lenguaje: el lenguaje del servicio, el del perdón, la solidaridad y el amor.
            Dar sentido a la vida implica: saber escuchar, respetar y acoger al otro tal cual es. Es amar y respetar la vida porque quien respeta, se comunica y ama: vive.
                Dar sentido a la vida es ser constructores de paz.  Hoy, desgraciadamente, seguimos escuchando noticias de guerras, de hambre y de muertes.
               El egoísmo, los intereses y el desamor de las gentes,  siguen matando la vida de tantas y tantas personas. Estamos llamados no sólo a dar sentido a la vida, sino a respetarla y a renunciar a todo tipo de violencia.
                Cuando las armas hablan es porque la ambición de poder ha ahogado la paz y la armonía en el corazón de las personas.

                   La Humanidad espera de unos y de otros, de todos: el respeto, el valor y el sentido de la vida.               

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