Para comprender al
otro tengo que despojarme de mi yo. No son pocos los disgustos que nos provoca
lo que solemos llamar incomprensión. Por el contrario la comprensión nos acerca
al otro y, no sólo esto, sino que nos invita a amar. Comprender es amar.
Me atrevería a decir que
nuestras relaciones, nuestras convivencias… no pueden ser profundas si falta la
sinceridad y una verdadera comprensión.
Comprender es educar y la educación es el camino de la perfección.
No comprenderse, estar en
desacuerdo; no quiere decir que uno tiene razón y el otro está equivocado. Cada
uno: Ve, juzga, escucha, actúa etc. desde su posición personal. Comprender para
ayudar y amar, de lo contrario estamos proyectándonos en el otro.
Comprender, amigo caminante, exige olvidarse de uno mismo y escuchar,
empatizar con el otro. Es caminar juntos sin volver la mirada atrás.
A veces nos cuesta comunicarnos
pero sentimos la necesidad de expresarnos, que alguien nos escuche; de aquí la
importancia del silencio, la reflexión y la comunicación.
Silencio y escucha empezando por
uno mismo. Comprendiéndonos para luego COMPRENDER.
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