Sin duda y dentro
de los principales valores de la persona hay que destacar la dignidad y la
libertad, en el conjunto de una formación y desarrollo integral.
En el caminar de cada día,
afrontando inteligentemente las dificultades y reivindicando el derecho a vivir
más dignamente, creo que la persona es más consciente de su valía. Adquiriendo
así el acceso a la cultura, al trabajo, al mundo de las redes sociales… sin ser
esclavo de cualquier medio.
Pero, amigo caminante, La
persona humana no debe olvidar sus propias limitaciones. Estas nos hacen
descubrir el sentido comunitario, solidario y fraternal de la vida. De aquí el
valor del encuentro con los demás, las relaciones humanas y el trabajo en
equipo. El encuentro, la comunicación con los demás nos saca de nuestro pequeño
mundo para tomar conciencia de nuestra rutina, comodidad y quizás indiferencia.
Todo esto nos tiene que llevar a
descubrir el valor del diálogo extensivo
a todos, sin frontera alguna, bien sea de raza, color o cultura.
Pero ¿Quién es y dónde está esa
persona? Eres tú y soy yo. El ser humano no es una realidad estática, sino todo
lo contrario. El ser humano es limitado
y a la vez ilimitado. Su impulso inteligente y creador, en el fondo, busca la
perfección.
Hoy que se habla tanto, y desgraciadamente es así, de crisis; no hay
que resignarse y menos aún huir como hacen las personas cobardes. Busquemos un
equilibrio y afrontemos con serenidad toda dificultad. ¿Quién? Todos.
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