domingo, 8 de septiembre de 2013

EL REENCUENTRO

Hubo un tiempo que nos conocimos, éramos amigos… Luego llegó la distancia, el silencio y todo quedó en el olvido. Hasta que un día, no muy lejano, nos volvimos a encontrar. Cruzamos nuestras miradas… y por unos instantes dudamos de quién éramos. Luego sonreímos  y nos saludamos.
                Para mí fue muy bonito volvernos a ver y en ese instante, como que no había pasado el tiempo, sólo existía el presente. Los recuerdos pasados se hicieron presentes. Quise decirte muchas cosas pero no pude. Solamente mirarte. Llegaban tantas cosas a mi mente que me sentía totalmente bloqueado.
                Luego fui despertando de ese “sueño” y, poco a poco, se iban intercalando en mi mente los recuerdos y el momento presente cada vez se hacía más intenso.
                Charlamos, sonreímos… hicimos silencio. A veces simplemente cruzábamos nuestras miradas mientras seguíamos caminando. Hasta el día nos acompañaba. El sol, la naturaleza, el canto de las aves… El olor de las plantas y las flores… ¡¡Era primavera!!
                Siempre he oído que la verdadera amistad no se pierde, es como una semilla que está ahí escondida, en el silencio, enterrada bajo tierra. Pero que, a su tiempo, nace y vuelve a ser lo que antes era.
                Gracias, amigo, por haberte de nuevo encontrado y perdóname pues en algún momento dudé de ti, de tu amistad… Hoy es un día diferente para ti y para mí, para todas aquellas personas que como tú y yo se reencuentran.

                Gracias, amigo. 

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