No
es fácil mantener un equilibrio, en sentido amplio, en nuestra vida. Me refiero
a que si no estamos atentos, por las circunstancias que sean, nos vamos
acomodando e incluso, me atrevería a decir, instalando. Es decir, que somos
conscientes de que no estamos satisfechos donde estamos o cómo actuamos; pero
no nos decidimos a cambiar. Y sin embargo la persona es un ser dinámico,
inclinado a la búsqueda de aventura, de experiencias nuevas…
La vida, en general, es un
riesgo. Un riesgo que nos ayuda a conocernos y a conocer nuestro entorno. En el
fondo quien corre riesgos es una persona libre. Confiar, compartir, amar… es
arriesgar.
Creo que hoy en día nos dejamos
llevar por la monotonía diaria y rehuimos del esfuerzo, del sacrificio… y lo
provisional lo hacemos necesario. Los problemas llevados inteligentemente nos
hacen más fuertes. Afrontar las situaciones desde una visión positiva es tener
medio camino recorrido.
¿Por qué absolutizar cuando lo
que hay que hacer es relativizar? En el fondo todo es provisional y limitado.
Sin embargo hay que ser valientes e ir superando todos los miedos que nos
bloquean y confiar en uno mismo. Todos somos peregrinos y tenemos que recorrer
el camino personal. Ojalá que el peregrinar de cada día vaya cambiando la
provisionalidad y limitado.
Sin embargo hay que ser
valientes e ir superando todos los miedos que nos bloquean y confiar más en uno
mismo. En definitiva, todos somos peregrinos y tenemos que recorrer el camino
personal.
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