Siempre que hablamos de algo
importante en nuestra vida llegan a nuestra mente infinidad de recuerdos. Pero
si hablamos de la vida misma recordamos proyectos, aspiraciones, sueños,
esperanzas. Nuestra realidad confirma la vida misma.
Amigo caminante, la vida nos interroga.
Hay diversas maneras de entenderla. ¿Qué es para ti, para mí la vida? Creo que en el fondo es un misterio
porque la vida nace en el amor y el amor es un misterio. Frente a situaciones
difíciles de amenaza a la vida, nunca debemos tener miedo y menos aún permanecer
indiferentes.
Debemos optar y respetar la vida. Y al optar
por algo nos exige saber dejar otras posibles opciones. Optar por la vida nos
exige dejar seguridades, situaciones cómodas, arriesgar… Como nos invita
Anthony de Mello, hay que “caminar ligeros de equipaje” Empatizar con las
personas que sufren por cualquier circunstancia.
Amar y respetar la vida es algo
más que… Así se expresa un poeta anónimo de Malawi (África). “Yo Tenía hambre y
vosotros fundasteis un club humanitario para discutir sobre mi hambre. Se lo
agradezco. Yo estaba preso y fuisteis a la iglesia a rezar por mi libertad. Se
lo agradezco. Yo estaba desnudo y examinasteis con seriedad las consecuencias
morales de mi desnudez. Se lo agradezco. Yo estaba enfermo… Yo no tenía casa…
Pero sigo con hambre, continúo solo, desnudo, enfermo…”
La
vida, la amistad, la solidaridad, todo cuanto nos sucede cada día… es algo
real. No se trata de dar definiciones, sino hechos comprometidos.
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