Amigo caminante no te conozco. Es verdad, no
sé cómo eres, que proyectos tienes…
Pero lo que sí sé es que si tú no estás ahí,
mi escrito, mis ideas se pierden y dejan de tener sentido.
Sí,
amigo, tú eres imprescindible. Nos necesitamos los unos de los otros. Tú ahora
lees mi escrito y tal vez no estés de acuerdo con muchas cosas pero seguro que algo
nuevo descubres. Lo importante es que nos comunicamos y recorremos juntos el
camino.
Es
verdad que, a veces, no sabemos el por qué; ni construimos ni dejamos
construir; o peor aún, destruimos lo que otros han construido. Hablamos,
compartimos temas de comunicación, construimos puentes y luego construimos
murallas.
Hoy vamos a ir por nuestras
calles saludando, dialogando, comunicándonos porque queremos construir un mundo
más justo, más cercano donde todos podamos convivir.
Seamos
constructores del sincero diálogo para evitar la mortífera soledad. Tenemos
tantos medios para evitar la soledad (negativa) y construir la cultura del diálogo, del
encuentro, de la mirada, de la sonrisa, de la ayuda, en definitiva de la vida.
Seamos valientes y arriesgados constructores.
Eso sí desde la sinceridad, el respeto y responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario