domingo, 1 de junio de 2014

UNA AVENTURA

La vida, en primer lugar, es un don pero creo que también podemos decir que es una aventura maravillosa. Es verdad que en el caminar de cada día vamos descubriendo otras muchas facetas. Por ejemplo: en humanidad, en libertad-responsabilidad…
                Pero nos tenemos que preguntar ¿Cómo vivo yo la vida? Y no sólo mi vida, sino todo atisbo de vida, de petición, de encuentro que nos llega de fuera. De aquí que podemos decir que comunicarse es cuestión vital. Si fallamos en este tema, algún aspecto de nuestra vida empieza a morir.
              Si hemos recibido el don de la vida es porque se nos invita a escuchar una llamada porque la llamada también es un don. Y a partir de aquí debemos actuar. Toda llamada lleva implícita una tarea de misión.
             La llamada a la vida es o nos pide una respuesta de encuentro, de solidaridad y amistad. En definitiva de amor. Amigo caminante, la vocación tuya y mía, la de todos,  nos invita a descubrir la vocación común; indistintamente de culturas, religión, creencias… y ésta (la vocación común) nos pide y exige realizar una tarea de solidaridad que llegue a todos porque el don (la vida-misión) es para compartirla y disfrutarla en común; como una fiesta.

                 Ojalá sepamos hacer de la vida una fiesta, una maravillosa y sorprendente aventura.

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