DESPERTAR

No, no se trata de despertar o impedir, amigo caminante, que sigas “durmiendo”. Es bueno saber descansar. ¿De qué tendré yo que despertar? ¿Cuál es o cuáles son mis adicciones? El consumo, la moda, la rutina, las nuevas tecnologías… Lo importante y necesario es que te pares, reflexiones y percibas dónde estás.  En una palabra: que despiertes, que despertemos.

            Hay tantas situaciones y acontecimientos que nos ayudan a despertar, solamente basta estar atentos, ser sensibles ante todo dolor ajeno. Y luego, ya todo será diferente, nuevo atractivo. Todo se ve a través de los ojos nuevos, de la mirada puesta en la lejanía cargada de ilusiones y proyectos.

           Una mirada comprometida y que compromete. Basta ver los acontecimientos desde una perspectiva nueva porque en medio de la oscuridad siempre hay un rayo de luz cargado de esperanza.

         Cuando un incendio arrasa el bosque, siempre queda algún brote que vuelve a llenar de vida el terreno  calcinado. Evitemos el cansancio, la soñolienta atención y despertemos porque el tren de la vida no tiene estación de parada.

 Hay que estar despiertos para ir descubriendo los engaños sí, pero sobre todo las maravillas de cada día que no son pocas. Todo esto desde una perspectiva personal, responsable, entusiasmada de lo que hace, atenta y... despierta.