domingo, 5 de octubre de 2014

VIVIR ES CONVIVIR

La vida, nuestra vida es un presente, un presente real y nos invita a vivirlo a tope, es decir, incondicionalmente. Tal vez, amigo caminante, añoramos tiempos pasados, es normal, o soñamos con los futuros. Y así vamos dejando pasar el presente y más triste aún sería si nos aferramos a él.

         Necesitamos vivir con intensidad cada momento de la vida. Ojalá que nunca caigamos en la monotonía. Aquí se pierden muchos valores: La creatividad, el espíritu crítico, las ganas de vivir, el entusiasmo…

           Por otra parte el sacrificio, la austeridad ya no se consideran una virtud. Triunfan la comodidad y la apariencia. Pero esto no quita para que sigamos empeñados en reflejar externamente todo nuestro interior. Es importante salir de uno mismo y estar con los demás. Conocer, sentir sus problemas e inquietudes. El presente se convierte así en un reto.
              Nuestro hoy. Qué decir del fenómeno migratorio y su influencia en las personas mismas, en la familia y en la sociedad. El sacrificio y la lucha continua por la subsistencia. La falta de trabajo, horas no remuneradas, todo esto repercute en la convivencia familiar y social.
              Hay que saber leer o mejor, discernir los signos de los tiempos, observar, analizar los riesgos que deshumanizan nuestra convivencia y devalúan la dignidad de la persona. Son muchos los retos que día a día encontramos pero hay que saber superarlos.

 La persona y su grandeza, su dignidad nadie puede quitársela. Toda auténtica vida es encuentro-convivencia.

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