domingo, 27 de septiembre de 2015

TENER IDEALES

Es verdad que los ideales son sueños pero también son los horizontes o metas que nos proponemos descubrir y alcanzar. Un ideal es saber leer en positivo los acontecimientos. Los ideales nos hacen  a las personas más dinámicas. Los ideales son lo que uno desea llegar a ser pero nos exigen conocernos, ya que cada etapa vital es distinta.
         Los ideales nos ayudan a ir construyendo nuestro proceso vital, nos hacen ser personas en continuo dinamismo. Si faltan las ilusiones y  los ideales algo empieza a morir en la persona.
            Amigo caminante, qué triste tiene que ser una vida sin  ideales. ¿A qué se aspira? Los ideales motivan nuestras acciones y la vida misma. Los ideales, bien encauzados, ayudan a orientar nuestras inquietudes, pero eso sí, no olvidemos la necesidad del silencio y la reflexión, sin que nos roben la libertad.
            Tener ideales es guiar nuestra vida, algo a lo que hay que aspirar con una visión alta. Un ideal tiene valor cuando nos permite un crecimiento como persona. Los valores tienen valor (y perdón por la redundancia) en sí mismos. Es decir, que son importantes por sí mismos.

Los verdaderos ideales son el reflejo auténtico de la persona. Admiro a las personas con ideales, eso sí, sin confundirlos con los valores. 



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