Es verdad
que los ideales son sueños pero también son los horizontes o metas que nos
proponemos descubrir y alcanzar. Un ideal es saber leer en positivo los
acontecimientos. Los ideales nos hacen a
las personas más dinámicas. Los ideales son lo que uno desea llegar a ser pero
nos exigen conocernos, ya que cada etapa vital es distinta.
Los ideales nos ayudan a ir construyendo
nuestro proceso vital, nos hacen ser personas en continuo dinamismo. Si faltan
las ilusiones y los ideales algo empieza
a morir en la persona.
Amigo caminante, qué triste tiene
que ser una vida sin ideales. ¿A qué se
aspira? Los ideales motivan nuestras acciones y la vida misma. Los ideales,
bien encauzados, ayudan a orientar nuestras inquietudes, pero eso sí, no
olvidemos la necesidad del silencio y la reflexión, sin que nos roben la
libertad.
Tener ideales es guiar nuestra vida,
algo a lo que hay que aspirar con una visión alta. Un ideal tiene valor cuando
nos permite un crecimiento como persona. Los valores tienen valor (y perdón por
la redundancia) en sí mismos. Es decir, que son importantes por sí mismos.
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