Nuestras
relaciones de convivencia no son tan fáciles como a veces consideramos. Nos cuesta
poco un: hola, buenos días… pero el encuentro interpersonal es algo más. Antes
de encontrarnos con el otro, con los demás; debemos encontrarnos con nosotros
mismos, con nuestro yo personal.
Por lo tanto, lo primero conocerse,
aceptarse y valorarse para luego quererse. Debemos valorarnos y valorar a los
demás, así entramos en sintonía y la valoración es por lo que es, no por lo que
tiene.
Hoy en día se vive tan deprisa que en la valoración, a veces, nos quedamos en las apariencias, en lo
externo. La riqueza de la persona está más dentro, hay que buscarla en la forma
de pensar, actuar, querer… en definitiva, en el corazón. De aquí la importancia
de la autovaloración y la confianza en uno mismo: conocerse así mismo.
Las
nuevas tecnologías, queramos o no, tienen una gran importancia en nuestro
comportamiento diario. ¿Qué hacer? La respuesta no es sencilla. Es verdad que
nos ayudan a descubrir y conocer nuevas perspectivas. Pero ¿Qué consecuencias
están trayendo para la convivencia humana y en el trabajo? La pobreza está ahí
y sigue avanzando. La desigualdad entre los países está también ahí. No estamos
diciendo que las técnicas y todas las posibilidades que nos permiten en su
empleo, sean negativas, pero se hace
imprescindible orientar estos medios y hacer buen uso de los mismos.
Todas
estas posibilidades nos proporcionan el poder comunicarnos con todos
directamente y solidarizarnos para compartir actividades y sobre todo iniciar
un camino de valoración interpersonal.
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