domingo, 14 de febrero de 2016

LAS NIEBLAS

No, no soy “el hombre del tiempo” ni conozco el tema de la meteorología. Me refiero a “otras nieblas” que encontramos en nuestra vida. Esas nieblas o neblinas que no nos dejan ver claramente nuestro camino. Es decir, que no nos dejan profundizar y vivenciar nuestras motivaciones. Por ejemplo: oímos pero no escuchamos, pensamos pero no contemplamos, etc.
            Nos quedamos en las normas, en las hipótesis, en los razonamientos, etc. Hay una gran diferencia entre actuar por obligación, por cumplir un horario y realizar algo con una profunda vivencia.
            Dígase lo mismo de la libertad. Pero nos tenemos que preguntar: ¿Qué libertad puede haber en un mundo de engaños, de intereses, de corrupción, de manipulación de todo tipo? Hoy se dice que lo importante es ser libres y olvidamos que la libertad va unida a la responsabilidad.
            Las nieblas, a veces, nos impiden ver todo aquello que acaba matando las ilusiones, los proyectos y las esperanzas. No ignoramos que vivimos en un mundo plural, complejo y conflictivo. Amigo/a caminante, hay que dejar atrás la niebla de la apariencia e ignorancia. Hay que volver, si lo hemos perdido, a lo esencial.
            Vivir lo que nos identifica, conscientes de uno mismo y de nuestro actuar. Quizás una de las grandes nieblas de hoy en día, de nuestro mundo occidental, sea el consumo. La sociedad de consumo es una sociedad mercantilista. La sociedad consumista es la apoteosis que nos lleva a un individualismo.

            Si la niebla no es más que aire saturado de vapor de agua, quizás también estemos saturados de tanta palabrería, de tanta promesa, de tanta apariencia… y hayamos olvidado la realidad y lo esencial de nuestra vida.

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