Nuestro mundo cada día está más
agitado, lleno de intereses y de consumo. Los proyectos en los que habíamos
puesto nuestros esfuerzos e ilusiones… se nos han ido desvaneciendo. ¿Por qué?
En
esta tarea de búsqueda es importante empezar por conocernos a nosotros mismos y
la situación en la que nos movemos. Vamos de acá para allá, asistimos a
encuentros, conferencias… y al final tenemos que volver a donde hemos partido,
es decir, a nosotros mismos.
Si
logramos no sólo conocernos, sino comprendernos y aceptarnos; habrá un cambio
en la convivencia y los conflictos irán desapareciendo. La vida se está
haciendo (o la hacemos) cada vez más compleja, más difícil y tenemos la
necesidad de una convivencia más sencilla y cercana.
Hoy necesitamos personas sencillas pero a la
vez enérgicas, capaces de afrontar inteligentemente, toda confusión y todo
antagonismo. Necesitamos personas valientes, creativas que denuncien todo
aquello que nos quieren hacer ver normal lo que no es.
Necesitamos
saber vivir y convivir, disfrutando del presente, de la actividad que estamos
realizando. Saber, si preciso fuere, sometiendo nuestras ideas a la realidad
que está ahí, para no caer en ideologías. Pero lo más importante es que
necesitamos dejar a un lado nuestro ego.
Hay
que vencer el miedo, conocer bien las situaciones, no perder la armonía
interior e ir abriendo las puertas de nuestra casa. A veces nos obsesionamos
por lo grande, lo misterioso y nos olvidamos de lo sencillo, lo cotidiano… en
definitiva, de lo humano. El mundo a construir y respetar es el mundo de todos.
Nuestro mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario