En nuestras relaciones de
convivencia, estemos donde estemos, ¿quién no tiene problemas? Bueno,
problemas, quiero decir alguna dificultad en la convivencia. Hay personas
especialistas para estar metidas en casi todos los fregados. Esto me hace
pensar que intentan o quieren solucionar sus problemas. Quizás también
pretenden justificarlos.
Los problemas que todos tenemos, se van
solucionando cuando inteligentemente y esto con sinceridad, buscamos el origen
o su punto clave para resolverlos.
Es,
creo, como la crisis. Cuántas veces oímos expresiones como esta: “Estoy en
crisis”. Las crisis no son malas en sí, nos están pidiendo algún cambio en
nuestra vida. Por eso es importante ir al fondo, a la raíz de las situaciones,
a lo que es difícil ver a simple vista y desde aquí comenzar a construir.
Porque
llevar a cabo una tarea no desde la raíz, sino desde la superficie; es no
querer ver todo lo que hay en el fondo. Por lo tanto, ir a la raíz es lo
importante. La tarea más necesaria para solucionar toda dificultad es: indagar,
reflexionar, buscar los porqués. Preguntarnos sinceramente, en qué queremos
cambiar.
Percibir
las situaciones es importante para luego pasar a motivarnos y llegar a la
acción. Cada día, cada instante es una oportunidad para poder seguir creyendo
esperando y viviendo.
Priorizar
las situaciones, ir a la raíz, es lo que realmente importa en nuestra vida. Hay
que mirar al futuro, amigo/a caminante, sin olvidar el pasado y sin destruir el
presente. Quien vive fuera de sí, no encontrará la puerta para llegar a la
raíz.
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