domingo, 13 de marzo de 2016

LA SINCERIDAD: UN RETO

La sinceridad es uno de los grandes retos que tenemos en nuestra vida, pues nos exige fidelidad al proyecto personal. En el fondo, a la misma verdad. La sinceridad implica autenticidad y coherencia existencial.
            La sinceridad nos tiene que llevar a formular un lenguaje hecho testimonio, impidiendo así el predominio de autonomía donde su autoridad es el yo. De este modo triunfa el individualismo.
            Hoy en día, en una sociedad pluralista, herederos de una cultura que cada vez se presenta más dividida, creo, nos encaminamos hacia un mañana sin conexión intergeneracional. Hay un cierto rechazo a las instituciones y sin embargo debemos saber caminar e interpretar juntos los signos de los tiempos.
            Hoy se hace imprescindible compartir tareas y proyectos. En el caminar de cada día, a veces, nos sentimos cansados. Por eso necesitamos compartir proyectos, ilusiones y fracasos. Tarea nada fácil pero necesaria.
            La sinceridad es fidelidad a la verdad y ésta se la debemos a todos. La sinceridad nos cuesta un elevado precio a todos: Humildad, aceptación y capacidad de comunicación de los errores.
            La sinceridad exige también fidelidad y valentía. Es valiente quien sabe correr riesgos, quien no se calla ante cualquier injusticia. Son las personas sinceras y comprometidas las que hacen la historia, las que buscan la verdad, la liberación personal y colectiva.
            La sinceridad merece estar no sólo en la mente y en los proyectos de todos, sino en el corazón y en la vida. Amigo/a caminante, la sinceridad sigue siendo un reto hoy lo mismo que ayer. Siempre.

            

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