domingo, 12 de junio de 2016

LA PERSONA, PROTAGONISTA

La persona y, sobre todo hoy, se considera protagonista; capaz de cambiar la realidad en la que vive. Pero a la vez es consciente de estar manipulada, en modo especial, por el sistema de consumo.
Escribe Erich Fromm: “En el presente siglo, el carácter del hombre se orienta hacia una pasividad considerable y una identificación con los valores del mercado. El hombre contemporáneo es ciertamente pasivo en gran parte de sus momentos de ocio. El consumidor eterno consume bebidas, alimentos, cigarrillos, conferencias, cuadros, libros, películas…”
¿Soberbia personal? o ¿vacío? Necesitamos afrontar los problemas desde su realidad. Esto nos indica dónde estamos y a dónde queremos llegar. El sistema del progreso no controlado y mal distribuido, crea al hombre solitario e incomunicado.
         El progreso es una conquista de forma de vida y debería llevarnos a una mayor armonía y humanización. El sistema planificado mata la creatividad de la persona y la convierte en “sujeto pasivo” Ha pasado de sujeto a objeto.
        
Tener, gastar, aparentar es la mentalidad que predomina en esta sociedad consumista. Poco a poco estamos creando una sociedad competitiva. Se valora el trabajo por el trabajo, el tener por el tener… y se olvida a la persona.
        
Hemos caído en un sistema donde todo está regulado. Entonces ¿Dónde queda el protagonismo de la persona? No es suficiente tener buena voluntad, sino claridad de ideas y responsabilidad en las decisiones tomadas y seguro que algo empieza a cambiar.


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