domingo, 22 de enero de 2017

FIDELIDAD

Cuando una persona no es sincera y falta a la verdad, decimos que es un mentiroso. Faltar a la palabra dada es caminar fuera de la verdad, con la verdad nos comunicamos. La mentira, en el fondo, esclaviza.
         Cuando mentimos a los demás, nos estamos mintiendo a nosotros mismos. Y es que la fidelidad es una ruta indispensable para que se mantenga un diálogo. Para vivir en y desde la verdad.
        
No somos fieles, cuando por los motivos que fuere, estamos fuera de la verdad. Quizás hemos caído en un ritmo de programación no correcto, e incluso en una conducta estereotipada.
        
Donde no hay libertad y creatividad, no se puede hablar de fidelidad. La fidelidad lleva a la comunicación, al encuentro y a la vivencia interpersonal. La fidelidad rechaza de lleno el inmovilismo porque empobrece la creatividad de la persona.
         Desde la fidelidad parten los proyectos y el impulso para la acción y el progreso personal y social. La persona fiel es digna de confianza porque sabe elegir su estilo de vida, sabe vivir y se mantiene fiel a la palabra dada. La fidelidad, hoy en día, adquiere un gran valor cuando se vive en grupo porque nos solidariza.
         Amigo/a caminante: creo en ti. 


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