Sin
duda, a todos nos cuesta hacer silencio, creo. Estoy convencido que, para
llegar a un encuentro, a una comunicación se necesita saber escuchar desde el
silencio.El auténtico silencio no es un vacío o
una evasión de la realidad, todo lo contrario. Es el silencio que nace y todo
lo hace nuevo.
Esta nuestra sociedad en la que nos
toca vivir porque así la estamos construyendo, nos ofrece todo o casi todo. Se
produce y se consume, cuanto más mejor; tal vez sin mirar la calidad. Y es
precisamente desde aquí, desde donde entra en acción la necesidad del silencio.
Hablar de silencio en nuestros días es
ganarse el calificativo de “estás pasado de moda”. Hoy buscamos la fiesta, el
estridente ruido… las discotecas, las carreras de motos…El ruido no sirve para el
anuncio, la reflexión, la comunicación y el encuentro.
Nos evade la realidad. El ruido
ensordecedor, no permite oír y menos aún escuchar. El ruido es algo mecánico,
el silencio es siempre creativo, enriquecedor. Su lenguaje es universal.
Hay que
saber crear, valorar y aprovechar los espacios de silencio. El mundo de las
nuevas tecnologías ha invadido nuestra zona individual. Estamos empezando a
perder valores si no hacemos buen uso de las mismas.
Eso sí, no estamos queriendo quitar nada del beneficio que la técnica
está aportando a la Humanidad. Ojalá sepamos escuchar el silencio, su valor y
algo empiece a cambiar en nuestra sociedad.
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