viernes, 6 de abril de 2018

LA MISIÓN



Quizás, inmediatamente que hemos escuchado (leído) la palabra “misión” hemos pensado en ir a otros mundos, otras culturas… Vamos, lejos de donde estamos. Y no tiene porqué ser así.
La misión surge cuando se es consciente de haber sido llamado/a. Es un deber.
Y el primero de ellos que exige toda misión es el conocimiento y la aceptación de ser llamado. Y esto implica, de por sí, un fiel seguimiento al que invita.

Es aquí cuando podemos caer en la tentación de pasar de la concepción a la acción, sin antes haber vivenciado la acción que hemos escogido y determinado realizar.

Otra exigencia es: La respuesta. Si la vida es un don, pero a la vez una pregunta: ¿Qué respuesta damos? Tarea nada fácil. Nacemos con limitaciones: Lugar de nacimiento, cultura, costumbres, lenguaje, valores… Y desde esta aceptación o rechazo, desde esta alegría o tristeza… En definitiva, desde esta realidad; debemos realizar la misión.
La misión está por encima de todo partidismo particular, ya que misión es el punto central desde donde irradian todas las actividades.
La misión pues implica alejar toda clase de pasotismo e indiferencia. La misión es el primer paso en el caminar de cada día hacia el horizonte sin límites donde todo se descubre y en todo se encuentra un sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario