Todos los días podemos ser personas solidarias. Así es
y los medios de comunicación nos presentan ciertos acontecimientos que nos
hacen pensar e interrogarnos. Cuántas personas, pueblos enteros, tienen que
emprender su éxodo buscando más seguridad. “La solidaridad es la ternura de los
pueblos”. Pedro Casaldáliga.
La globalización tiene aspectos muy positivos, pero
nos queda mucho camino por recorrer. La solidaridad nos compromete a trabajar
por la igualdad y la justicia. La solidaridad nos obliga a salir de nuestra
comodidad superando así todo individualismo.
Ser personas solidarias es mirar más lejos, (o cerca)
y tener presente las generaciones venideras. ¿Qué les estamos dejando? ¿Construimos
o destruimos? Seamos personas en búsqueda de una continua solidaridad y
crecimiento humano, en la libertad porque nadie ha nacido para ser esclavo.
Todos aspiramos a ser libres y a vivir en paz, lejos pues de toda competitividad.
Para ser solidarios tenemos que salir de nosotros
mismos, de nuestra comodidad. Desprenderse de uno mismo, darse y compartir. La
solidaridad exige donación y sin esperar recibir nada a cambio. Nunca hay que
perder la esperanza.
La solidaridad pide, exige: Valentía, testigos para
recorrer juntos el camino...Necesitamos de los demás, pero a la vez debemos
dar, compartir… sin caer en una globalización interesada que mata las
iniciativas personales.
Hay que saber dar, comunicar, compartir…sin dejarnos
caer (manipular) por los intereses de la manipulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario