No es fácil mantener un equilibrio en este mundo que nos toca
vivir, en la era de las comunicaciones (nuevas tecnologías). Pero no nos dejemos engañar, son testimonios
que comunican el valor de las personas.
Las que invitan a pensar, a reflexionar y ayudan a que las personas
cambien (cambiemos) y, en último término, el mundo.
El verdadero
testimonio ayuda a respetar, a superar nuestros intereses sin llegar a utilizar
o manipular al otro. Nadie tiene que dejar de ser persona para convertirse en objeto
de nadie. La cortesía y la apreciación de los demás está por encima de todo
interés personal.
Las nuevas
tecnologías están ahí y nos ayudan a aumentar nuestros conocimientos
culturales, nuestras relaciones interpersonales… etc. Por encima de las nuevas
tecnologías está la calidad de vida de toda persona, el respeto, el testimonio
y una verdadera y responsable convivencia.
La vida es
un don y debemos saber respetar y disfrutar. La vida es encuentro con el otro
porque el encuentro es todo. Es un continuo aprendizaje. Si ofrezco mi sincera
amistad, si creo en el otro es porque empezamos a caminar juntos, mejor, a
testimoniar que la vida es un don y tiene una riqueza inmensa. Ya todo ha
cambiado, nadie, ojalá, debería vivir en soledad. Todo es un mutuo testimonio.
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