Normalmente predomina en nosotros la palabra y dejamos a un
lado el testimonio, las obras. Las palabras, como se suele decir, las lleva el
viento. El testimonio, las obras son las que llegan al corazón, respetando
siempre a la persona; eso sí: sin utilizarla.
Hoy en día,
con los medios que disponemos, se puede aumentar nuestro bagaje cultural,
favoreciendo así la convivencia. Pero siempre o casi siempre, aparece el ansia
de poder, las riquezas, las comodidades… signo evidente de un vacío interior.
La vida es
un don y debemos saber respetar y disfrutar. Es un continuo aprendizaje de
superación. Cuando hemos ofrecido sincera amistad, cuando en nuestras
relaciones hemos dicho al otro/a: creo en ti, desde ese instante ya no camina
solo/a.
Si sabemos
salir al encuentro escuchando a los demás, ya nadie se encontrará o se sentirá
solo. Ya nadie recorrerá el camino en solitario. Todo será diálogo, amistad,
alegría… vida.
La sana
convivencia es un medio de autoconocimiento, derriba toda clase de muros. La
vida se convierte en un diálogo y mutua ayuda. En definitiva: En testimonio.
Faltan
auténticos y comprometidos testimonios en nuestra sociedad y suele predominar
cierto egoísmo y comodidad. Hay que ir descubriendo nuevos valores sin perder
lo esencial. La rutina, la comodidad, los intereses, el individualismo… están
lejos del TESTIMONIO.
Amigo caminante, sí estoy de acuerdo contigo(disculpa que te diga de tu, el usted no me sale) faltan auténticas personas en nuestra sociedad que vivamos en verdad y seamos testimonios.Hay que descubrir los nuevos valores de hoy.Tenemos que pararnos a pensar, las sociedades que piensan son más auténticas, más humanas. Hoy no nos gusta pensar, y a las nuevas generaciones se les dan muchas cosas hechas, por eso a veces sentimos un vacío grande. Necesitamos TESTIMONIOS.
ResponderEliminarMejor de tú (gracias). La autenticidad y la verdad han de estar siempre en nuestra vida. Totalmente de acuerdo contigo."Tenemos que pararnos a pensar" Qué verdad más grande nos dices. Hoy se vive tan de prisa que no tenemos tiempo para hacer una pausa y pensar, reflexionar, discernir... Levantarnos y seguir recorriendo el (mi) camino, nuestro camino.
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