viernes, 27 de septiembre de 2019

LA SENCILLEZ

Si hacemos un alto en el caminar de cada día, descubrimos tantas facetas de nuestra vida que habíamos iniciado y no todas las hemos terminado. Quizás por cansancio, porque nos robaban el tiempo otras facetas que vamos encontrando cada día. Son tantas las noticias y los acontecimientos que nos llegan que, si no nos percatamos, nos roban el silencio, la reflexión y nuestros momentos personales.
      Si no estamos atentos, nos roban también la serenidad, la convivencia, el equilibrio y esos momentos tan personales que todos ciertamente necesitamos. En una jornada de trabajo si es competición, se pierde la sencillez, el diálogo… Y es que hemos caído en el tener y quizás hemos perdido el ser.
       El tener crea divisiones, construye barreras… el lenguaje es mercantil, competitivo. No perdamos los caminos de la sencillez, el encuentro, la empatía… dejemos a un lado la competitividad… ésta crea divisiones, obstáculos… y ya todo se ve diferente.

       La sencillez convoca y reúne a las personas porque se apoyan en las acciones de cada día. En los encuentros, en el diálogo y la sana convivencia. La sencillez rompe a menudo, nuestros esquemas un tanto cómodos e interesados. La sencillez actúa en y desde el silencio.

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