Nº 78
EXPERIENCIA
PERSONAL.
Un día decidí
dar un paseo. Salí de casa y me dirigí hacia el monte. Ya en plena naturaleza
me paré y con la suave frisa y la suave fragancia que se respiraba, decidí
sentarme y en pleno silencio, pensé que: “Las plantas estaban más cerca del
Creador que las mismas personas” ¿Por qué?
Porque todas
ellas (las plantas), miraban hacia el cielo y desde su silencio, parecía que se
comunicaban, que emitían mensajes. Permanecían inmóviles. Solamente una ligera
brisa, de vez en cuando, las movía. Como que entre ellas se saludaban…
El sol iba
descendiendo despacio y la sombra de las plantas se hacía cada vez más alargada…
Las plantas más débiles se entremezclaban entre sí y todo era comunicación. A
medida que pasaba el tiempo, el silencio se hacía más intenso.
Unas aves cruzaban
el cielo retirándose a descansar. Solamente a lo lejos, muy lejos, se oía algún
ruido… y unas máquinas rompían el silencio. El sol decía adiós y yo empecé a
caminar de vuelta a casa, sólo mis pasos rompían también el silencio. Esa
tarde, amigo caminante, aprendí ¡tantas cosas¡
Ahora entiendo
por qué las personas nos comunicamos tan poco: Nos falta hacer silencio, no
sólo el del exterior, sino también el interior para aprender la lección de la
sabia naturaleza.
Nº 78
PERSONAL EXPERIENCE.
One day I decided to take a walk. I
left the house and headed for the mountains. Already in the middle of nature I
stood up and with the soft breeze and the gentle fragrance that I breathed, I
decided to sit down and in the middle of silence, I thought that: "The plants
were closer to the Creator than the people themselves".
Because all of them (the plants),
looked at the sky and from their silence, it seemed that they communicated,
that they emitted messages. They remained motionless. Only a light breeze, from
time to time, moved them. As if they were greeting each other...
The sun was going down slowly and
the shade of the plants was getting longer and longer... The weaker plants were
intermingling with each other and everything was communication. As time passed,
the silence became more intense.
Birds crossed the sky, retiring to
rest. Only in the distance, very far away, did you hear a noise... and some
machines broke the silence. The sun was saying goodbye and I started walking
back home, only my steps were breaking the silence too. That afternoon, my
walking friend, I learned so many things!
Now I understand why we people
communicate so little: We need to be silent, not only on the outside, but also
on the inside to learn the lesson of wise nature.
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