lunes, 2 de enero de 2012

A VOSOTROS NIÑOS

Quiero tener (que tengamos) un recuerdo especial para todos esos niños que han nacido en la misma noche que  el Niño Dios.
A vosotros, queridos niños, queremos deciros que no tengáis miedo. Habéis venido al mundo, a nuestro mundo y desde ahora es también vuestro mundo. Abrid los ojos, no lloréis y aunque la noche esté fría, sonreíd.
Sí, abrid vuestros ojos a esta sociedad que los mayores os hemos dejado. Una sociedad que no os va a gustar porque ni a nosotros mismos nos agrada. Pero vosotros abrid los ojos al calor del día como lo hace la creación. Abrid también vuestro corazón porque queremos aprender a amar de verdad con sencillez y sinceridad; con un corazón como el vuestro. Pequeño pero grande. Limpio, sencillo, nuevo…
Abrid vuestro corazón a la esperanza, mejor, crear vosotros la esperanza. Sed esperanza porque la nuestra se empieza a debilitar. Abrid también vuestro corazón a toda sana inquietud, ilusión y ganas de vivir; porque nosotros nos estamos haciendo cómodos, demasiado mayores y tal vez vamos perdiendo ilusiones.
No tengáis miedo. Mañana seréis los protagonistas y los constructores de una Nueva Sociedad más humana, más justa y solidaria.
No tengáis miedo pero estad atentos y no seáis náufragos en ese revuelto oleaje del mar donde hay corrupción,  mentiras,  intereses,  drogas,  injusticias…
                Hablad, mejor, gritad si preciso fuere; que no os dejen sin voz por el simple hecho de pulsar un botón. Observar el presente pero con la mirada puesta en el futuro. Y enseñándonos no sólo a celebrar, sino a vivir la Navidad como vosotros, queridos niños.

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