El verdadero amor no encuentra
obstáculos de tiempo, ni de espacio. Siempre hay un lugar para el otro. Hoy, amigo, tienes un sitio a mi lado.
Es
verdad que hoy en día nos movemos a un ritmo acelerado y en este estresado
ritmo no encontramos tiempo para dialogar con el otro. Estamos tan metidos, atrincherados en lo
nuestro que no nos queda tiempo ni espacio para nadie. Y si no hay un lugar de acogida es que
nuestra vida está totalmente mecanizada, tan ajustada y sintonizada que somos
una pieza más de la moderna máquina del consumo.
Cuando
se ama se descubren nuevas dimensiones en uno mismo y en los demás. Siempre hay
algo bueno e imprevisible. Busquemos y practiquemos el gesto del encuentro, la
comunicación y el caminar; uno de ellos (gesto) es tener la mano extendida. Una
mano extendida ofrece disponibilidad, ayuda y amistad. Sobran las palabras
porque ofrece todo aquello que sale del corazón. Y una mano extendida la
necesitamos todos.
Hoy,
amigo, extiendo mi mano junto con la tuya para que no se apague la triste
mirada del niño abandonado. Para que el joven nunca abandone el esfuerzo de
cada día. Extendemos nuestras manos para que sigan vivas las ilusiones de las
personas mayores. Extendemos nuestras manos para ayudar a levantarse al que ha
caído: en la droga, en la prostitución, en la corrupción, en la depresión, en
el desánimo…
Extendamos
nuestras manos para abrir la puerta de la esperanza, mirando al horizonte y
sigamos juntos caminando de nuevo.
Gracias H S por este blog,
ResponderEliminarsí es importante no abandonar el esfuerzo de cada día, y vivir creyendo que la vida es posible siempre, también en la dificultad
gracias por compartir