domingo, 5 de enero de 2014

J U N T O S

Amigo caminante, apenas hemos iniciado un Nuevo Año y nuestras ilusiones, nuestros proyectos… todo, nos parece factible; como que nada nos impidiera llevar a cabo nuestros deseos. Pero el miedo, las dudas y ciertas contradicciones se hacen presentes.
           ¿Qué hacer? Resignarse, no. Eso nunca. Hay que pensar y luego saber elegir y elegir bien. Saber escuchar. Escuchar lo que hay en mí y en ti para descubrir las grandezas y las miserias, el abismo y la plenitud. Y es que no hay paz sin perdón.
 El perdón que ofrecemos no es para que el otro cambie y traerle a nuestro terreno. El perdón es la realidad que sorprende. Perdonar exige en mi renuncia frente a la libertad del otro.
         Es verdad, quizás nos cuesta perdonar porque queremos saber quién tiene la razón. Seré yo el primero en dar el paso y  nacerá la confianza y una sana convivencia. Así desaparecerán las fronteras y se extenderá el diálogo y la concordia entre todos los pueblos.
             La paz está relacionada con la búsqueda, el encuentro con la verdad y entre las  personas mismas. La paz nos pide a todos acciones positivas para construir un mundo nuevo y justo. Hay que tener presente  nuestro momento histórico-cultural. Jamás caer en la pasividad y menos aún en la indiferencia.

Quizás tengamos que mirar un poquito más la dimensión interior… ¿Estás de acuerdo? Entre todos, juntos,  sí que podemos. 

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