V E R

Amigo caminante, cada día recorremos nuestro camino personal. Vamos de un lado para otro, a veces, muy de prisa y no “tenemos tiempo” para encontrarnos con los demás. Saber qué les pasa: a los que no tienen trabajo, a los que están sin techo, a los que nadie les dirige la palabra o un simple saludo, a los “sin futuro” como ponía en su cartel una persona.

              ¿Por qué hemos caído tan abajo que estamos perdiendo la dignidad como personas?

              Otras veces lo hacemos desde nuestro prisma personal. Es verdad aquello de “…del color con que se mira”. Así es. Tenemos que dejar de ver y empezar a mirar para no terminar siendo ciegos. A veces no vemos, es decir, olvidamos que las personas somos seres humanos y hay que respetar la alteridad. No sólo ver, sino encontrarnos y conocernos mutuamente.

              Es verdad que, a veces,  vamos a nuestras cosas y si nos paramos a escuchar o ayudar al otro… como que nos cambian nuestros planes. Hay que saber “perder tiempo” cuando actuamos desde lo profundo de nuestro ser. Así es como vamos descubriendo lo que tenemos que hacer, seguro que aquí en esta “empresa” tenemos siempre trabajo.

             Y sin distinción de personas: el amigo, el vecino, a quienes encontramos por la calle y nos cruzamos la mirada haciendo juntos un recorrido. Ojalá que nunca nos quedemos mirando cómo pasan los días… Así vemos pero no miramos y menos aún no vivimos.