La persona
es encuentro, relación, comunicación. Saber comunicar y comunicarse es un don.
La comunicación nace de dentro, de una vivencia interior. La historia de la
Humanidad es también historia de comunicación.
La
comunicación es, pues, connatural a la naturaleza humana. Según se descubre
desde la psicología y la sociología, la comunicación es una necesidad de toda
persona. Comunicarse es cuestión vital.
Las nuevas tecnologías van forzando
el cambio de mentalidad. Vivimos un tiempo de “globalización” y, por lo tanto,
nos afecta a todos. Quizás estamos perdiendo en sencillez y en confiada
convivencia. He ahí el gran reto. La verdadera comunicación solidariza y
humaniza a todos.
Es necesario crear espacios de
silencio y reflexión, de profundización y de aprecio a lo cotidiano y sencillo.
De aquí nacen actitudes positivas en nuestra vida que luego repercutirán en
nuestras relaciones interpersonales, por eso toda comunicación exige un
continuo aprendizaje.
La comunicación no es fácil, estamos
ante un reto, pero sin comunicarnos…no se puede vivir. Es verdad que por el
camino de la vida, vamos “perdiendo” encuentros. Nuestra cultura actual es de
un ritmo acelerador y a veces perdemos la riqueza de encuentros profundos; pero
no olvidemos los encuentros de cada día.
Todo encuentro, por sencillo que
sea, va transformando a las personas. La comunicación, queramos o no, va
alterando nuestra vida. En el fondo es exigente. Es que es… un reto.
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