domingo, 6 de noviembre de 2016

CONOCERSE

La persona quiere (queremos) conocer, saber, disfrutar… Es verdad como que casi nunca nos conformamos con lo que tenemos o vamos consiguiendo. Y esto a simple vista está bien. Pero, siempre debemos ir descubriendo algo nuevo.
        
Lo importante es no perdernos en lo superficial e ir a lo esencial. Y algo que nos cuesta es: El conocernos a nosotros mismos.
        
Quizás tengamos que empezar por amarnos a nosotros mismos. El amarse a sí mismo implica valorarse y que sólo tú tienes que recorrer tu propio camino de la vida. Esta es la gran lección (de la vida) personal y que servirá para ayudar a que otros hagan su aprendizaje.
         Si tú te valoras y aprecias, respetarás a que otros crezcan y se valoren. Sólo se puede dar lo que uno posee. El conocerse exige aceptarse. El verdadero valor de la persona se da cuando somos capaces de preguntarnos: ¿Quién soy yo? La persona debe estar siempre en una búsqueda continua del sentido de la vida y de un progresivo conocimiento de sí mismo.
         De aquí que la primera actitud es la de interrogarnos, cuestionarnos. Si la persona no se interroga, no se conoce, no se relaciona; se está olvidando de que todo proceso implica un conocimiento y una relación.
         La gran tarea de la persona es la de encontrar su propia identidad. Es decir, responder a la pregunta: ¿Me conozco? La relación, la comunicación es un proceso de conocerse, es ser yo mismo. Necesitamos conocernos para aceptarnos y amarnos.

         Vivir es relacionarse, pero para ello: CONOCERSE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario