domingo, 13 de noviembre de 2016

LA FIDELIDAD

Quizás la noción de fidelidad en este mundo en que vivimos tan deprisa y los cambios son tan rápidos que, el tema de la fidelidad lo dejamos pasar o pasamos nosotros de él.
         Sin embargo, el tema del cambio lo necesitamos en el caminar de cada día. Es decir, que no debemos instalarnos. Hay que vivir la dinámica de la vida diaria. El hoy. Esa dinámica (fidelidad) que nos proporciona una estabilidad. Por lo tanto, la fidelidad no consiste en rechazar los cambios que en el caminar de cada día, debamos hacer.
        
Nos debemos mover libres y responsablemente. ¿Errores? Siempre cometeremos (somos humanos). Lo importante es que los aceptemos e inteligentemente demos las respuestas acertadas.
        
Por lo tanto, no hay que permanecer en el error. Hoy, a una de las invitaciones que nos insinúa la sociedad, es el consumismo. Como que todo nos lleva a una utilización pasajera. Miedo pues a todo aquello que nos demanda o exige algo definitivo.
         La fidelidad nos pide claridad al valor o valores que consideramos esenciales, evitando toda monotonía. La fidelidad expresa la opción radical que armoniza nuestro proyecto global. Se requiere un esfuerzo constante por mantenerse fieles a la opción tomada frente a nuevas ofertas y posibilidades que nos llegan.
         La fidelidad no nace de una absoluta seguridad. Toda fidelidad exige un riesgo, pero nos ayuda a descubrir que la vida tiene sentido.   


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