domingo, 1 de enero de 2017

EL ENCUENTRO CON LOS DEMÁS

Nuestra condición humana y social, suscita en nosotros el deseo, no sólo de la comunicación, sino del encuentro. Y esto nos exige o pide la necesidad de encontrarnos
         La comunicación nos invita constantemente a salir de nosotros mismos y buscar el profundo valor que esconde la verdadera comunicación. Si ésta se debilita, empieza a bajar la dignidad humana hasta llegar a una incomunicación.
         El encuentro, la comunicación, no sólo acercan a las personas, sino que crean en su encuentro una situación de estabilidad psicológica. La comunicación exige salir de uno mismo y correr el riesgo de no ser aceptado por el otro.
         Si no hay comunicación, la persona se va auto marginando. Por el contrario, si el diálogo, la comunicación es normal, digamos seria, ayuda a profundizar en el mutuo conocimiento. Es decir, que siempre está en juego la verdad.
         El verdadero encuentro sobrepasa los límites del tiempo. Hoy que vivimos tan deprisa, bien podemos decir: que las prisas son un obstáculo porque limitan la comunicación. El encuentro con los demás es proyectar, organizar, ser creativos… por eso todo gesto, todo detalle se convierte en verdadera amistad.

         El encuentro es la denuncia directa a quien se instala. Por el contrario, la comunicación, el encuentro, el diálogo, la solidaridad son temas que siempre están en actualidad porque solidarizan y humanizan.

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