Un problema es algo distinto a la rutina de cada día.
Es una situación que está pidiendo una respuesta. ¿Quién no tiene o ha tenido
un problema o problemas? Cada día nos surge algún acontecimiento y a la vez nos
crea sus problemas. ¿Qué hacer?
Nos tenemos que preguntar: ¿Cómo
soluciono esta situación? Lo primero es: Reconocer que el problema está ahí y
preguntarnos, interrogarnos. No evadir el tema. Debemos de dar respuestas
inteligentes, de lo contrario estamos marginando el problema y a la vez,
creando más problemas. Estos aparecen solos, no los tenemos que buscar.
Que levante la mano la persona que no
tiene problema alguno. El problema está ahí, en mí, en ti, y no se puede negar.
Se debe afrontar inteligentemente para estar en el buen camino, y buscar una
solución. Lo mismo cuando se comparte con otro u otras personas de confianza.
No debemos quedarnos en una única
respuesta. Hay que saber contrarrestar opiniones distintas para luego elegir lo
que verdaderamente nos favorece. Los problemas se resuelven yendo a su origen.
Nos preguntamos: ¿Por qué me está
pasando esto? ¿Cómo he llegado hasta aquí? Buscamos el posible o los posibles
orígenes. Y aquí empezamos a dar respuestas, repito, inteligentes, intentando buscar
la auténtica solución para mí. Siempre en una línea constante y de amable
voluntad.
Creo que todo problema tiene su
solución. La respuesta a la situación, al problema, está en ti, en mí, en
nosotros.
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