viernes, 28 de diciembre de 2018

LA MANO TENDIDA

Creo que todos tenemos algún amigo y si pensamos un poco haciendo el recorrido, observamos que algunos, no se sabe el porqué, se han quedado en el olvido. Luego, por pura casualidad, los volvemos a encontrar. Es que todo tiene y pide su tiempo.
         La verdad que me costó aceptar su decisión. A veces aparecen otros intereses… se buscan otras experiencias. Reflexionando me dije: Es libre. No es fácil aceptar estas decisiones que separan a las personas (amigas de tantos años) y que       un día rompen la amistad.
         Pero hoy en día con las nuevas tecnologías, volvimos a encontrarnos. Me llegó muy dentro su forma de pedirme perdón. Tendió su brazo y agarrándome la mano dijo: “Te doy las gracias porque has respetado mis decisiones durante este tiempo”. Me qué sin palabras y nos dimos un fuerte y largo abrazo.
 Luego me contó que, últimamente, había tenido dificultades… en fin, que había perdido el entusiasmo y las ganas de hacer cosas. Fue entonces cuando me di cuenta cómo las dificultades y los problemas se superan compartiéndolos con los demás (especialmente con los amigos) y dando respuestas inteligentes.
En la vida, si estamos atentos, descubrimos una mano tendida que nos ayuda a salir del hoyo que hemos caído. Haciendo una comparación y valga el paralelo: Si no regamos las macetas o falta tierra en las plantas, a los pocos días empiezan a quedarse tristes y toman cierta inclinación…algo comienza a morir.

Esta es mi experiencia. La experiencia no sólo es cuestión de edad, como a veces se oye. Hay que ir cada día interpretando, valorando… lo que se va constatando. El encuentro, la sonrisa, el diálogo… en definitiva, la mano tendida, todo lo transforma.

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