viernes, 14 de junio de 2019

DIALOGAR

¿Dialogamos?  Es la primera pegunta que nos tenemos que hacer. Disentir por disentir es perjudicial para toda persona. Si así es nuestro comportamiento, generalmente, estamos manifestando nuestra incapacidad de escucha y falta de reflexión.
            Por el contrario, si nuestra reflexión es sincera, responsable, coherente… llegaremos a un resultado común, constructivo para todos. Quizás nos falta aún una buena dosis de empatía, si es así, estamos dejando espacios para una envidia camuflada.
            Deseamos adquirir ciertas cualidades que observamos nos faltan. La envidia es un buscar, un desear algo que… según nuestro criterio, un tanto egoísta, nos falta y que observamos tiene la otra persona. Nuestro interlocutor. Actuemos inteligentemente y sepamos condescender ante las opiniones del otro/a.
            Siendo sinceros, tendremos que admitir, si la envidia está en nosotros, que pertenecemos al grupo de los envidiosos; porque para corregir… hay que corregirnos, en primer lugar, a nosotros mismos.
            Lo primero es aceptar nuestros fallos. Nos corregimos cuando nuestra mirada introspectiva es sincera y muy valiente. Debemos motivar nuestra autoestima, pero primero: Aprendamos a DIALOGAR.     

            

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