Nos preguntamos: ¿Cómo vamos a
descubrir el valor de la vida, su sentido, el de la amistad, el de nuestras
cosas, sus encuentros… si no conocemos, apreciamos, compartimos y vivimos?
Seamos
descubridores inteligentes para luego solucionar lo que verdaderamente nos
ayuda y enriquece. Seamos constructores en nuestra sociedad, en el mundo de las
ideas, opiniones, intereses… todo ello para el bien común. Y en este campo, del
bien común, todos estamos y debemos estar implicados.
Seamos
participantes y activos en tantos campos que, a veces cómodamente, pretendemos
ignorar. Es decir, que no podemos ser neutrales.
En
una cotidiana lectura, me encontré con esta frase: “Emplea el lenguaje que
quieras y nunca podrás expresar sino lo que eres” R. Waldo Emerson. Y es verdad, vamos, estoy convencido de ello.
La palabra ha sido el vehículo para llevar:
Las costumbres, la cultura… en definitiva: la convivencia. Es la que nos ayuda
a construir juntos un mundo mejor. El conocido P. Ángel fundador y presidente de
la ONG Mensajeros de la PAZ, titula su libro: Un mundo mejor es posible. Así
es: enriquecemos el presente y nuestras miradas van en dirección de un futuro.
Ojalá
que no nos quedemos en la dimensión económica. Nuestro mundo suele valorar, desgraciadamente,
en términos del dinero. Efectivamente casi gira todo en: Compra-venta. Tanto
tienes, tanto vales. Es la hora del tener. Erik From titula uno de sus libros:
TENER O SER.
Estamos
en época de: Todo se vende, todo se compra… Estamos matando el ser. Ojalá seamos descubridores y nos
comprometamos para el bien común.
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