Cuando a lo largo de nuestra existencia, por las
circunstancias que sean, tenemos que perdonar; hemos introducido en nuestra
vida: todo un proceso de maduración personal y de responsabilidad.
Todo este
proceso no ha sido fácil. Seguro que hay en nuestro caminar personal,
acontecimientos duros, difíciles que no hemos aún superado, que no hemos dado
respuestas inteligentes a los
mismos.
No todas las
heridas se curan como nos gustaría. Necesitan su tiempo, su cuidado… Perdonar
de verdad, nos exige reconocer el error, optar por el diálogo, la
responsabilidad… para seguir recorriendo juntos el camino.
Hemos optado
por la amistad y por la vida. Hemos vencido todo resentimiento y ha nacido la
solidaridad. Hemos vencido también todo interés egoísta y optado por la
fraternidad, el perdón y la mutua ayuda.
Cuando
perdono, renuncio a toda venganza. Perdonar es crecer como persona, es
construir un mundo nuevo e ir adaptándonos a la convivencia, a la cultura y a
la idiosincrasia de las personas.
Queremos
construir un mundo mejor, más solidario y dialogante. Un mundo donde nadie se
sienta marginado, donde la paz llegue a todos indistintamente; para ello hemos
sembrado hoy: El diálogo, el perdón… y mañana … habrá: PAZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario